Hay veces que decimos: Soy feliz. Pero, ¿estamos seguros de serlo? Tenemos amigos, novio, familia, y ningún problema a la vista [o que nosotros sepamos ver], y decimos que nadie ni nada nos puede sacar esa sonrisa de oreja a oreja que tenemos [que sólo nosotros sabemos si es tan falsa o tan real]. Pero más allá de nosotros hay un mundo, hay más gente, y nosotros no medimos lo que hacemos dependiendo de ellos, si no que lo hacemos sólo por que a nosotros nos queda bien. ¡Alto! ¿Por qué no pensamos en otros también? Miremos un poco hacia atrás de la vida de cada uno, siempre hubo gente que nos quiso hacer mal, y lo logró… ¿lo tenemos que devolver con la misma moneda? Lamentablemente, no es así señores. Les comunico que si alguien se quiere vengar, ¡vénguese! pero sobre los que le hicieron mal en el pasado, no sobre los que hicieron todo lo posible para que seamos felices. Sólo que hay veces que no podemos dejar los trenes pasar, que hay que ser seguros de nosotros mismos y decir: ¡Con esto voy para adelante! Por eso no podemos cuestionar todo lo que hace y no hace una persona. Cada uno tiene su corazón y su cabeza, y muy pocas veces [esta es una de las pocas mías] que los dos están de acuerdo, y por eso mismo, hay que subirse al tren y dejarse llevar. Y no te preocupes, si un amigo es un amigo, te va a entender en las buenas y en las malas, y por nada en el mundo te va a dejar, aunque vayan en caminos opuestos, siempre va a estar cerca tuyo. En un punto se van a cruzar, y ahí en el punto más feo, pero cuando empiezan a notar que separados es peor, en el próximo punto que se encuentren, va a ser su mejor experiencia en la vida.

[Sí, como usted lo pensó. Yo no soy muy buena redactando, pero indirectamente puse cosas que me han sucedido a mi. Gracias por leer este texto lleno de incoherencias, que para mi tienen mucho que ver. Adiós.]

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